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Categoría: Cadete femenino A

Publicado: Domingo, 26 Mayo 2013 23:00

Escrito por Pedro Gordo

Después de hacer realidad nuestro sueño, en el Campeonato de Baleares y haber vivido un tiempo una vida sobrevolando el mundo de los mortales, llegó la hora de recoger nuestro premio, de participar donde sólo los afortunados pueden participar, en un Campeonato de España.

Las cinco y media de la mañana cuando sonó el despertador. Buff que sueño, que oscuridad, que frío... pero que ilusión, lo que nos venía encima. A eso de las seis y cuarto aparecieron Merion y su padre para recogerme y llevarnos al encuentro de nuestras chicas, en los mostradores de Air Europa. Poco a poco fue llegando la expedición femenina que nos desplazábamos a Guadalajara y la masculina, camino de Ferrol (con un objetivo claro, darle al marisco).

Comenzamos la facturación y primer evento digno de mencionar. Como no, la elegida no podía ser otra que Coloma, aunque esta vez, todo hay que decirlo, la culpa no era suya (raro, raro, raro). Pues bien, resulta que Coloma no aparecía en la lista de los billetes y por tanto no la dejaban volar. En ningún momento temí por ello, ya que nosotros contamos claramente con la mano mágica de Richard, el Crack del Aeropuerto. Pero esta vez parecía haber una mano negra por medio, el Crack del Aeropuerto había tenido un duro día de trabajo, viajes y reuniones y su móvil no estaba aún activo. Ahora si que teníamos un problema. El coordinador, Pau, que ya sólo pensaba en el centollo, tuvo un momento de inspiración y me pasó el número de la mano derecha del Crack del Aeropuerto, Xisco, que demostró tener una gran mano izquierda y nos solucionó el problema, y eso que lo sacamos del lecho de su descanso. Sólo una pega más, como en clase turista ya no quedaban billetes, nos lo dieron para business class. Claro, yo que no podía dejar a la pobre Coloma sola en la parte de adelante del avión, tuve que sacrificarme y cederle mi sitio, quedándome yo en primera clase, donde se viaja igual de bien que atrás si quitamos que los asientos tienen más espacio, te dan un buen desayuno... En definitiva un sacrificio que duró hasta aterrizar en Madrid, tras un vuelo muy tranquilo.

Al bajar del avión nos despedimos de nuestros chicos que fueron camino de la puerta de embarque que les llevaría a Vigo. Nosotros cuan ejército napoleónico recorrimos el aeropuerto para buscar nuestras maletas. Y aquí llegó el segundo episodio. Las maletas fueron saliendo poco a poco, pero alguna de ellas no parecía querer venir a Guadalajara. Y es que la maleta de Laia, maleta volandera, tenía aires de grandeza y eso de parar en Madrid no le iba bien, de manera que tomó el puente aéreo y se marchó a Alemania (seguramente además de volandera era futbolera y quería celebrar la victoria del Munich en la champions). De esto nos enteramos después, porque de momento nos tuvimos que conformar con poner la denuncia y confiar en que nos llegase al hotel de concentración. Laia, que además de ser la capi, es responsable como ella sola, no estaba preocupada por la ropa (bueno casi), sino por sus apuntes de física y química, ¿cómo iba a estudiar sin ellos?

Al finalizar todos los trámites, salimos en busca de Juan Miguel, el conductor del bus que nos llevaría hasta Guadalajara. El camino fue tranquilo debido al sueño que reinaba en el bus y a la reunión extraoficial de padres que se organizó, en la cual no me quise meter por si acaso me pringaba algo. La llegada al hotel fue esperanzadora, al lado había un gran centro comercial, de esos que tienen de todo, incluso hasta multicines. Qué bien nos iba a venir para poder ocupar a nuestras chicas toda la tarde. En cuanto al hotel hemos de decir que era impresionante desde fuera, las habitaciones daban el pego y estaba lleno de salas para reuniones, celebraciones, banquetes... Eso si, no tenía piscina, normal teniendo en cuenta que aquí el aire viene fresquillo.

Repartimos habitaciones y fuimos a instalarnos. Nuevo avatar. Merino había puesto un candado a su maleta para que no sufriese violaciones por el camino y lista como es ella, había cogido las llaves para abrir el candado, pero las equivocadas. Al intentar abrir la maleta no podía y allí nos encontrábamos en una situación sin igual, una sin ropa (camino de Alemania) y otra que no podía abrir, osea sin ropa también. Tuvimos que llamar a los bomberos para que rompiesen el candado (bueno quien dice bomberos dice el de mantenimiento del hotel). Pero no fue lo último y es que en esa misma habitación del cuerpo técnico apareció también un enjambre de avispas que exaltó a Belén hasta que llegaron los exterminadores de plagas. En fin una película. A todo ello hay que decir que a mi me han metido en un rincón con una luz tenue dando la imagen de ser un local de esos que tienen una luz roja en la puerta y que yo no se que tienen por dentro. Evidentemente la intención de los hoteleros es buena y sólo buscaban darme un lugar retirado para que me dedicase a la reflexión y el silencia.

Una vez establecidas en los aposentos, la parte femenina del equipo, todas menos yo, se fueron a dar un paseo al centro comercial, donde las invitaron a unos perritos con salchicha alemana, suponemos que a cambio de la maleta de Laia.

Tras comer y reposar un poco decidimos dedicar la tarde al arte del cine y es que lo nuestro es de película. Allí fuimos dirigidos por Merino, a ver una peli que se titulaba "la venganza del hombre muerto" o algo así. No estuvo mal el film, perfecto para aprender como hay que repartir a partir de mañana a nuestros rivales. Además por aquello de llevar a dos menores de catorce años, nuestras infantiles, nos salió más barato el entretenimiento. Nos volvimos para el hotel con ganas de descansar del duro día. Antes una cena suculenta, varios tipos de arroz, varios de ensalada y una sola carne que seguro era de toro viejo porque estaba bastante dura.

Típica sesión de historias, a las que se me está prohibido asistir, en la habitación de Merino y Belén, que en esta oportunidad son acompañadas por nuestra cojita Oly. Y para finalizar el día tomo la palabra yo para meternos ya en materia de lo que nos esperaba en menos de quince horas. Para muchas de estas chicas va a ser una ocasión única y es el momento de aprovecharla. Sabemos que tenemos un grupo muy difícil, de eso que lo normal es que nos ganen todos los partidos con cierta facilidad, pero nosotros tenemos que salir muy satisfechos de nuestro trabajo y para ello hemos de derrochar ilusión (y ser generosos a la hora de repartir). Mañana primer partido contra Rivas Ecópolis, casi na, pero ¿quien daba un duro por nosotros a principio de temporada?

Nos retiramos a descansar, bueno el que pudo, porque justo en frente del hotel había lo que por aquí llaman la "feria chica" y había conciertos, tómbolas, múltiples cachivaches de atracciones. Sólo se que la feria sería chica, pero el ruido era grande, muy grande, tanto que a las 5:30 de la mañana aún se oía. Afortunadamente las habitaciones de nuestras chicas no daban a este lado, por lo que sólo lo tuve que sufrir yo.