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Categoría: EBA

Publicado: Domingo, 28 Noviembre 2010 21:13

28/11/10 - Nueva etapa del 'tour de force' de la segunda mitad de la primera vuelta, esta vez a domicilio. Primera de las dos visitas a tierras menorquinas de la temporada, un territorio donde los partidos entre equipos de Mallorca y Menorca son algo más que eso y en los que la rivalidad sobrepasa en muchas ocasiones el límite de lo deportivo.

El rival en esta ocasión era el Jovent Alaior, un equipo 'autodescabalgado' de la LEB Plata y que conserva muchas de las condiciones de esa categoría, entre ellas, la de poseer una plantilla de carácter profesional en el caso de casi el 100% de sus componentes. Pero todo esto no es una garantía de éxito en una liga tan dura como la EBA, más al contrario, puede ser un hándicap, como bien lo está comprobando el equipo menorquín, instalado en la parte baja de la tabla pese a que hasta ayer se mantenía invicto en su feudo.

A los problemas logísticos en el desplazamiento del equipo, agravados por la nula colaboración del equipo local, se unía una tormenta sobre la isla que recibía al equipo en el aeropuerto y lo acompañaría en sus poco más de 6 horas de estancia en ella. El sombrío panorama reinante parecía afectar al equipo que iniciaba el partido totalmente fuera de sitio, más pendiente de los problemas extradeportivos con la directiva local que de lo que acontecía en la pista. Un equipo con una media de casi 100 puntos prácticamente no conseguía ni lanzar a canasta durante los tres primeros minutos de partido.

El equipo local tomaba la iniciativa pero no sacaba más provecho de las facilidades de los nuestros.  Parapetados en una zona, aprovechando la estatura de sus jugadores, conseguían parar al rival pero en ataque demostraban poca claridad de ideas lo que mantenía el marcador en números más bien exiguos.

Camino del minuto 4 con el marcador a cero y estrellándose una y otra vez contra el muro menorquín, Matías Cerdà daba entrada a Miki Corbacho. Éste, en su primera intervención, 'sacaba su fusil' y convertía el primero de sus triples, que inauguraba el marcador palmesano. Era el Miki de las grandes ocasiones, el que parece imparable para el rival. Hasta en cuatro ocasiones seguidas anotó desde 6,25 ante la mirada estupefacta del técnico local que se veía obligado a quitar la zona.

Otro triple, éste de Carlos San Emeterio, y un 2+1 de Llorenç Llompart dejaban un 12-18 al final del primer cuarto que empezaba a dejar las cosas claras para un Platja de Palma que había avanzado a golpe de tres.

Un parcial de 12-0 nada más comenzar el segundo cuarto noqueaba al equipo local que se veía impotente para parar la avalancha de juego del rival. Pablo Giménez se unía a la fiesta y con dos triples traspasaba los 20 puntos de diferencia en el marcador en el ecuador del cuarto. El 16-38 que campeaba en el marcador acallaba a la ruidosa hinchada local y desquiciaba al técnico del Jovent que empezaba a perder los papeles en forma de protestas. Se alcanzaban los 25 de ventaja, 29 a 54, cuando, tras una clara falta antideportiva de Faner, llegaba la 'cantada' técnica a Hugo González que, reiterando en sus protestas, veía como esta se duplicaba lo que le obligaba a abandonar la cancha. Carlos San Emeterio, con una encomiable sangre fría, encadenaba hasta seis tiros libres y mandaba el partido al descanso tras un parcial de sonrojo para el Jovent con un 17 a 42 que dejaba el 29 a 60 que marcaba el electrónico.

El partido estaba finiquitado, pero los locales, ya sin técnico que les dirigiera, no bajaron los brazos y, si bien seguían mostrando una alarmante escasez de ideas, al menos demostraban amor propio y seguían luchando intentando acortar la escandalosa diferencia del marcador. A ello se unía la relajación de los palmesanos que se habían dejado la puntería en el vestuario y ya no anotaban desde la media distancia con la facilidad del primer período.  La diferencia no bajaba más allá de los 25 puntos y el cuarto acababa en tablas, dejando de nuevo los 31 de margen con el  42-73 del marcador.

El último período sólo tuvo el interés de saber si se mantendría el promedio anotador, récord en las categorías FEB, de casi 100 puntos por partido. Un triple de Marotta, el segundo de la segunda parte, así lo confirmaba y cerraba el marcador al límite de la centena con el 65 a 99 final.

Gran muestra de madurez del equipo que, sobreponiéndose a todas las adversidades de la jornada, demostró que merece la posición que ostenta en la clasificación, imponiéndose contundentemente a un equipo llamado a cotas superiores en una pista muy difícil, en la que habían caído, entre otros, el Gandía y el Castellón, dos de los favoritos del grupo.

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