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Categoría: Cadete masculino A

Publicado: Domingo, 26 Mayo 2013 23:00

Escrito por Jordi Riera

Con el ambiente algo más alegre empezaba el tercer día en Ferrol, con ganas de recuperar sensaciones en la pista e intentar salvar nuestras opciones de clasificación que nos jugaríamos contra nuestros compañeros y ahora amigos de hotel, el Torrelavega de Cantabria.

Ya en el autobús de camino al pabellón, nuestro cojo particular, Tomeu Antich, intentó hacerse el gracioso lanzando, sin éxito, una bolita antiestrés, a uno de los miembros del cuerpo técnico, hecho que le deparó una divertida tarde que más tarde explicaremos.

Una vez en el pabellón, las caras reflejaban algo más de serenidad en las caras de los jugadores, Rigo y Juanca recuperados y con el "Rookie" ya disponible , todo parecía listo para llegar a la última jornada con opciones para jugar los cruces.

Pero todo esto era un espejismo, el equipo empezó el partido, con muchos errores tanto en defensa como en ataque, llegábamos tarde en todas las acciones defensivas y en ataque no circulaba la bola, tocaba bronca en el vestuario, la hubo.

Esta bronca, pareció surgir efecto, el equipo empezó a jugar con los rasgos que nos llevan definiendo durante toda la temporada, y nos llevó a terminar el tercer periodo un punto arriba, después de haber ido al vestuario 13 puntos abajo.

Aunque a pesar de la remontada, las faltas, el cansancio y la vuelta a los errores iniciales devolvieron el marcador existente al descanso, terminando con nuestra participación en el Campeonato de España, al que llegábamos con muchas aspiraciones deportivas y la realidad nos repartió una invitación a la reflexión tanto a jugadores como al cuerpo técnico, el último empezándola junto a sus mejores amigos del campeonato, Gin y Toni.

Ensalada de pasta para coger fuerzas, siesta, y a ver uno de los encuentros más interesantes de la fase de grupos, el CAI vs Estudiantes. En el largo camino hacia el pabellón, mientras se paseaba por las calles de Ferrol, al cojo le pasó factura la bromita de por la mañana y tuvo su propia banda sonora, que le acompañaba a su cojo paso. Sus compañeros eligieron ( no se por qué) la canción de "El cojo, me come toh el matojo", cosas de las videollamadas supongo.

El grupo más bestia de las bestias, ya estaba preparado para animar al jugador cuyo nombre suscitó mucha expectación durante todo el viaje, el Red Bamba del CAI, Simon Prusl, que contó con los cánticos de los jugadores de BSA desde la grada, aunque no fueron suficientes para parar el concurso de triples del estudiantil, Jorge Alonso, que dio el partido a los colegiales.

Una vez acabado el encuentro, vuelta al Hotel Marcial, cenita, móviles a los quefes, y el cuerpo técnico de vuelta al lugar de reflexión nocturna de las noches, en el que entre historias de la mafia gallega, que misteriosamente deparó en la extraña aparición de un grupo de pintas sospechosas en el garito, que parecían personificar esas historias. Poco después decidimos que era momento de ir a la cama, mañana nos tocaba jugar contra Madrid.